Deja vú

Hay situaciones que se prestan a vivir momentos parecidos a otros. Sentir que ya estuviste en esa situación, que ya viviste esos chistes, que ya dijiste las mismas cosas a las mismas personas.

Muchas veces el momento de las fiestas llegan a ser como una especie de Dejá Vu. Recibo el mismo mensaje de aquellas personas que solo saludan para esta fecha, diciendo exactamente lo mismo que el año anterior. Escucho las mismas conversaciones en los colectivos, en la calle. El mismo deseo de que se termine el año, el mismo deseo de que las vacaciones lleguen rápido. La misma queja por el aumento de la canasta familiar, por el calor (aunque por suerte este fin de año se viene portando de maravillas). Las mismas notas en los diarios, en las revistas. Los anuarios, las fotos grupales, los mejores y peores momentos del año, las frases más recordadas, los artistas del año, el programa de TV del año, la película del año.. y así podemos seguir y seguir... porque detrás de esto vienen las clásicas revistas de verano con sus clásicos títulos : "El destape del año", "La moda en Punta, Mardel y Pinamar", "el desfile de Giordano", "la guerra de las vedettes", etc. etc. etc.

Todo esto ya lo viví, todo esto ya lo conozco, pero acostumbro a buscar siempre nuevas experiencias, nuevos momentos y allí en mi hija los encuentro.

Esa sorpresa al levantarse y ver el arbolito con sus regalos, esa efusividad que refleja su rostro al venir a mi habitación y llevarme agarrada del brazo rapidamente a mostrarme el "milagro".
Su enorme agradecimiento por cada momento vivido, sus abrazos, sus besos... no son siempre iguales. Aunque ya pasó otra navidad anterior, esta fue única y ella la hizo distinta. Ella me recuerda que la capacidad de asombro es un regalo que tenemos todos y no debemos perder.