El supermercado puede ser, a veces, un lugar que linda con la dimensión desconocida. Es que a veces suceden cosas totalmente extrañas como encontrarse de pronto con que en el momento más tranquilo y que supuestamente no hay nadie, al llegar a la línea de cajas súbitamente hay 50 personas por delante.
Cuestión que iba yo el otro día muy tranquila a hacer una compra muy puntual. Un agua mineral, un desodorante y un paquete de curitas que generalmente consigo en supermercado o lugares al estilo Farmacity. Al llegar a la caja paso mis tres productos y la cajera se detiene en la minúscula cajita de las curitas y me dice muy seria: "disculpe pero este producto no me lo registra". Acto seguido, llama a su coordinadora y cuchichean algo intentendible para mí, la gente se va formando en filita (tengamos en cuenta que era la "caja rápida") y luego de un mínimo debate la supervisora con una seriedad digna de un cirujano cardíaco me dice: "Señora, este producto es inexistente". Y si, no pude menos que largar una mínima carcajadita y decirle: "Inexistente en qué sentido? porque yo lo veo ahí en tu mano!".
El diálogo siguió de manera tal que jamás llegamos a un acuerdo. Mi último lance fue preguntarle si me lo podía llevar igual y me dijeron alteradísimas que por supuesto que NOO!! porque ese producto NO EXISTE.
Antes de retirarme y luego de comprar las 2 cosas que sí existían les avisé con voz misteriosa: "Cuidado!, en una góndola de la entrada hay un repositor fantasma poniendo producto inexistente a lo loco!. Tengan cuidado de que la inexistencia no las alcance. (obviamente no me entendieron).