Rituales

Cada vez que fin de año se acerca en las librerías aparecen a la venta los nuevos calendarios.
De todos los tamaños, estilos, formas, colores. Los que sirven para la oficina, los que se usan para un local. Algunos compran para sus casas y allí anotar vencimientos y "obligaciones" impostergables.

Con esta exhibición y proclama de que llega el nuevo año me invade siempre esta rara costumbre, ritual o como quieras llamarlo de acercarme, entrar a la librería y quedarme largos ratos mirando agendas. Si, agendas. Esas que no son electrónicas, esas que necesitan de tinta o un lápiz acompañado por el movimiento de una mano para anotar los compromisos, los cumpleaños. Esas mismas que de chica adoraba comprar y llenaba de corazoncitos cuando me gustaba alguien.

De adolescente, a los 17 años ya trabajaba x el centro porteño y allí empezó este ritual. Todos los diciembres, en algún momento del mes pasaba por la misma librería y me quedaba eligiendo calendarios para el local de mi papá, otro para mi casa (a mi mamá le gustaba tener uno en la cocina) y sin dudarlo una agenda para mí.

Con el transcurrir de los años, y el cambio de actividades las agendas iban mutando. Tuve la etapa de agenda grande para llevarla en la mano, agenda chiquita para adentro de la cartera, agenda tipo libro, la que es con espiral, la agenda "de diseño", la mediana pero "con onda"... hasta ahora nunca compré ninguna temática al estilo Mafalda, Maitena, y menos aún las que vienen con dichos de Osho (Dios me libre de semejante idea).

La cuestión es que hoy, 1ro de diciembre me volvió a picar ese bichito de querer comprar una agenda a pesar de tener Blackberry, un Ipod, la computadora y que la mayoría de las veces termino anotando todo en un papel en casa.

Rituales de fin de año... y ustedes tienen alguno?

Perdidos en el espacio Blog© 2011 Escrito por Sophie