8.8.11

Las ilusiones

No te hagas ilusiones, ya sabés cómo es... ¿Cuántas veces escuchamos esta frase?
Yo la escuché muchas veces, pero siempre pensé que por alguna razón ellas -las ilusiones- seguían allí, eran mías y por lo tanto eran distintas a las de la otra persona que como un aguijón punzaba la idea sobre mi cabeza.

No, no sé cómo es no hacerse ilusiones.

¿Que son?¿Hay una definición para ellas?
Como tantos sentimientos que tenemos -el amor, el odio, la felicidad, la tristeza-  las ilusiones... son sentimientos que cuando hay que plasmarlos en palabras nos resulta difícil, aunque cada uno sepa perfectamente lo que siente cuando lee esas palabras.

Cada uno al instante imagina una situación perfecta para representar esos sentimientos.

En general, las definiciones se parecen, aunque cada quien le pone su tinte, su personalidad, su color, su aroma, su perfume. A veces basados en experiencias, a veces simplemente guiados por un instinto.

Las ilusiones son como un motor que cada uno tiene adentro y que fabrica futuros. Hacemos planes, tenemos ideas, nos imaginamos absurdas situaciones o simplemente situaciones que creemos posibles.
La ilusión siempre está allí, insistiendo. Es como el viejo motor de esos autos que uno los escucha al intentar arrancar y dan pena por el esfuerzo que requiere la acción. Pero mientras el que esté al mando sepa que no es un daño, que simplemente está un tanto desgastado, que hace más ruido que antes pero que con un poco de insistencia arranca nuevamente, y no nos abandona ni nos deja desamparados.

Algunas personas y libros dicen que las ilusiones nacen del cerebro, que son momentos elaborados por conexiones eléctricas que generan esa necesidad de visualizar todo lo que pasa, como si por alguna extraña razón necesitáramos verlas hechas realidad. Me gusta pensar que una ilusión muchas veces nace del corazón, del sentimiento, de la emotividad, del deseo.

Las ilusiones son necesarias. Ellas están allí para hacernos sentir vivos, para hacernos sentir que podemos luchar contra los fantasmas, los monstruos nocturnos que a veces las acechan en nuestros sueños. Porque la ilusión está allí también, en nuestros sueños, en nuestro inconsciente. En ese momento en el que bajamos las defensas y nos entregamos al mundo desconocido, ellas están allí metiendo un poco de magia y haciéndonos saber que aunque no nos animemos a decirlo en voz alta, todos las tenemos. Es solo cuestión de animarse y abrirle las puertas a la ilusión.

Si sabemos y tenemos la certeza de que luego de la noche viene el día, luego de una tormenta crece más fuerte una flor... y así todo vuelve a comenzar. Por qué no hay que pensar en tener ilusiones?.

Una vez leí:

"No hay otra manera de vivir, que echando leña a la caldera de ilusiones para que la máquina siga funcionando."

Y como cierre les dejo un hermoso tema en la versión exquisita de Marisa Monte y Julieta Venegas. : Ilusion. Vale la pena escucharlo.

Este mes...

En las épocas pasadas las cosas eran distintas. Un beso se guardaba.... Los libros que he leído

Fijate de que se trata en PERFUME DE MUJER. Mi otro blog.

Dejate embriagar.

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